Ya está aquí el esperadísimo y maravillosso friti variati de melodías con esencia de perfume y aromas perdidos de noche y carmín. La versión fémina del Batín. Una colección de entrañables canciones idóneas para degustar sin estar sola o bien acompañada, en una velada de sábado noche, al ser posible, con camisón y vino y con el Cancionero de Batín a mano para el amanecer.
Olores rancios de un nocturno bar camuflados por el almizcle dulzón del perfume solitario de una bella mujer que sentada, bebe hasta el amanecer en la barra con la mirada perdida en el paisaje colorido de botellas y etiquetas. Una maravilla para la alta y baja madrugada que te transportará a la más bella de las resacas.
Sea usted osada, y haga clic en la portada. Ello le llevará a la descarga directa. Ya verá que sí.


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